Historias del Más Allá: ¿Por qué no pueden perder ambos?

por Rafael L. Bardají, 11 de julio de 2019

Donald Rumsfeld es un tipo singular. Y posiblemente excepcional. Un poco caricaturizado en la película Vice, de Vicepresidente y no de Vicio, como se ha traducido malamente por estos lares, sorprendía a sus visitantes en el despacho del Pentágono con la ausencia de sillas donde acomodarse. Prefería trabajar de pie y hacer que las reuniones fueran medidas y al grano. Risueño y encantador, ha sido un viejo zorro de la política.  Enviado especial del presidente Reagan, en 1983 se reunión con Saddam Hussein para ofrecerle ayuda en su guerra contra Irán, que no estaba precisamente ganando en aquellos días. Tras su encuentro, en el avión de vuelta, comentó. “Es una pena que no puedan perder ambos”, Irán e Irak.

 

La política española, que le ha dado la vuelta al gran estratega prusiano Karl von Clausewitz, y es ahora la guerra civil por otros medios, se ha convertido en un juego de suma cero: alguien tiene que perder para que otro pueda ganar. En la izquierda, simple como siempre, es una partida clara a dos; en el resto, se complica a tres. Me imagino a Pablo Casado y sus escuderos en la séptima planta de Génova, mirando a Ciudadanos y a Vox, preguntándose cual Rumsfelds “¿pero por qué no pueden perder ambos?”.

 

Si leyeran a los clásicos, la respuesta la encontrarían en el mismo Rumsfeld. Sin ir más lejos, en el libro para vagos The Existential Poetry of Donald Rumsfeld, donde se recogen algunas de sus maravillosas frases cargadas de sabiduría. Por ejemplo aquella de “Hay cosas que sabemos que sabemos; hay cosas que sabemos que no sabemos; y hay cosas que no sabemos que no sabemos”. Me da que tenemos muchos dirigentes que no saben que no saben y que por eso se sorprenden tanto con los avatares de la política, suya y ajena. Entre respondones y faltones, el PP de Casado no logra imponerse. ¿Por qué será?  Aunque hay quien se la atribuye a Bin Laden, pero la respuesta se la dio Saddam a Rumsfeld en 1983. “Entre un caballo ganador y un caballo perdedor, la gente elije siempre al ganador”. Y a mi me da que muchos no encuentran en el actual partido popular, la apuesta ganadora. Por las razones que sean, que son muchas y variopintas. El futuro no está aún escrito y todo es posible en la viña del señor. Sabio Rumsfeld cuando soltó “Siempre y nunca son las dos palabras más peligrosas que existen”.  Que se lo pregunten a Sean Connery y la película Nunca digas nunca jamásdonde muy a su pesar volvió a hacer de  007. Con todo, algo se empieza a entrever.