Los cambios en China no afectarán a la verdadera base del poder

por Ángel Maestro, 28 de septiembre de 2007

La tan conocida frase del personaje Lampedusa de que algo debe cambiar para que todo siga igual,  puede ser aplicada, según nuestra opinión, y con algunas correcciones, de cara al próximo XVII Congreso del Partido Comunista Chino, donde se esperan cambios que no afectarán de ninguna manera al papel rector fundamental de la sociedad china ejercido por el Partido Comunista.
 
Las funciones del gobierno chino no pueden medirse con el rasero occidental, ya que cumple la enormidad de funciones administrativas que le son encomendadas, una gigantesca masa burocrática, pero siempre subordinadas a la línea política y la inspiración que señala el Partido, guía por el momento inamovible de la sociedad china.
 
Existe en Occidente en sectores muy diversos la idea de que el sistema chino está evolucionando en una concepción total de la sociedad desde una economía basada en postulados socialistas característicos del  marxismo- leninismo a una economía de libre mercado. Esto influiría en un cambio del modelo de gobierno, basado en la inequívoca preponderancia del partido comunista como guía y rector de la sociedad china.
 
Desde 1978 en que se inicia lo que podría denominarse era Deng Xiaoping (Teng Hsiao ping en la transcripción clásica), han transcurrido treinta años, tiempo más que suficiente, para que con arreglo a las mentalidades occidentales se hubiese  procedido a privatizar las grandes empresas controladas por el Estado, entregar la propiedad de la tierra a los agricultores, extender la propiedad privada al conjunto de la sociedad china, etc. Nada de eso ha ocurrido; al igual que pasaba en la antigua Unión Soviética, con los planteamientos utópicos y basados exclusivamente en lo que los observadores occidentales quisieran que pasase y  no en la realidad.
 
Las “cuatro modernizaciones” de la economía supusieron ciertamente una “herejía” en relación con la ortodoxia sustentada en los pilares del modelo generalizado que se desprendió del legado soviético, es lo que se denomina “el socialismo con características chinas”. No parece sustentarse en una estrategia preconcebida, sino más bien la senda que mostró el propio desarrollo de lo que arrancó como una práctica “reformista”. No corresponde al “socialismo real”, ni tampoco al “socialismo de Estado”, considerados ya como deshechos de la historia. Pero tampoco supone un regreso al capitalismo. Aunque las herejías también transcienden al ámbito económico; por ejemplo la rehabilitación como “héroe militar” del mariscal Lin Piao -con exhibición pública de su retrato- quien después de su fracasado golpe de estado contra Mao fue reiteradamente calificado de “traidor”, “enemigo del pueblo”, “fascista”, “contrarrevolucionario” y demás epítetos habituales.
 
Acertadamente algunos expertos en economía y conocedores de China señalan que lo que están realizando los dirigentes chinos es una vía alternativa al capitalismo, limitada a modernizar sus grandes empresas estatales sobre la base de una mayor eficacia, inyecciones de tecnología extranjera y organización más dinámica, con el propósito, para nuestra opinión sumamente acertado, de que cuando esas grandes empresas se sitúen en máximas capacidades puedan desbancar a las capacidades a las corporaciones extranjeras. Y todo, absolutamente todo, bajo la dirección del Partido.
 
El PCCh, fundado el 1º de julio de 1921 en Shanghai, es una organización hermética y selectiva con alrededor de unos setenta millones de miembros que ocupan posiciones influyentes en todos los sectores de la sociedad china. De tan considerable número el 12 % son obreros, el 29 % funcionarios gubernamentales, instituciones estatales y técnicos, el 32 % campesinos, y el 27 % militares y jubilados. Estos datos parecen invertir la pirámide de la concepción leninista del Partido. El Partido todo lo abarca, desde dirigentes en los pueblos a rectores de universidad, directores de empresas, directores de periódicos o funcionarios a cargo de cualquier actividad, desde dirigentes de los ferrocarriles a los de la salud pública, hasta los servicios de información policiales. De ese control de la sociedad china en su totalidad deriva la importancia que la misma concede al próximo Congreso del partido.
 
El XVII Congreso estará formado por algo más de dos mil personas, miembros del partido divididas en delegaciones provinciales y elegidas en todo el inmenso territorio chino, 9 millones 619 mil km2. con 1.306 millones de habitantes. Algunas organizaciones territoriales destacan por la enorme población que representan, como la provincia de Henan con 96 millones de habitantes, o la de Shandong con 91 millones, Sichuan con 87 millones, Guandong con 79 millones, Jiangsu con 74 millones. También las municipalidades autónomas como Pekín, Shanghai, Tianjin.
 
Ciudades enormes; por ejemplo Shanghai figura con Ciudad de Méjico y Sao Paulo entre las tres ciudades con mayor número de habitantes del mundo. Las elecciones en las organizaciones territoriales han transcurrido entre octubre de 2006 y junio de 2007, nombrando los delegados para el XVII Congreso que designará el Comité Central, el politburó y el Comité Permanente del Politburó, siendo este último el verdadero sancta sanctorum del poder. Ningún órgano del Partido, ni por supuesto del Gobierno, puede contradecir las decisiones del Comité Permanente del Politburó, el cual puede intervenir en cualquier tema que juzgue oportuno.
 
El Comité Central está compuesto aproximadamente por unas trescientas ochenta personas, entre miembros titulares y suplentes. La pertenencia al Comité Central es imprescindible para poder ocupar los cargos superiores del Partido, del gobierno y de las Fuerzas Armadas.
 
El Comité Central aprueba un Politburó de veintidós miembros, y entre cinco y nueve de esos miembros pasan a formar el Comité Permanente del Politburó, siendo su integrante de más rango el secretario general.
 
Hasta ahora el Comité Permanente estaba formado por nueve personas, pero es muy posible que el nuevo Comité que salga del XVII Congreso vea reducido su número a siete y aún a cinco. El Partido es una organización hermética y selectiva por lo que sólo pueden hacerse especulaciones sobre quienes serán los componentes del verdadero centro de poder chino. Parece que se va decididamente a una mayor juventud (los nacidos en los años 40 representan el 39 % de los dirigentes territoriales y los nacidos en los años 50, el 57 %) y se quiere dar entrada en un segundo escalón a miembros de la Quinta Generación que deberá reemplazar a los actuales dirigentes en 2012. Sólo parecen confirmarse el secretario general y presidente de la República, Hu Jintao, Wen Jiabao, primer ministro, y Li Changchun, al frente del Departamento de Ideología y Propaganda del Comité Central.
 
Hu, ingeniero hidráulico tiene 65 años, Wen de 66 años es geólogo, Li, de 63 años, ingeniero electrónico. El único miembro del Comité Permanente actual cuya no reelección es segura es Luo Gan, uno de los hombres más poderosos, a cargo de la seguridad interna y los servicios de información. Luo Gan, ingeniero mecánico, formado técnicamente en la antigua República Democrática Alemana, no se retira por ninguna purga interna, sino por  haber cumplido los setenta años, edad de retiro obligatoria para los más altos cargos.
Se especula con el retiro de Zeng Qinghong, de 67 años, técnico experto en sistemas de control y de automatización, quien fue el hombre de confianza del anterior secretario general Jiang Zemin, Zeng es Secretario del Secretariado del Partido, y ha tenido una influencia decisiva en las cuestiones relativas al nombramiento de los altos cuadros. Posiblemente al ser un hombre de Jiang pueda ser desplazado por Hu Jintao bajo el pretexto de dar entrada a nuevos dirigentes.
 
Entre los nuevos candidatos al máximo órgano de poder, el Comité Permanente del Politburó, figuran varios miembros del politburó “sencillo”, decimosexto politburó, paso previo y parece que imprescindible para llegar a la cima. Podría citarse, con las debidas reservas dada la impenetrabilidad del Partido y a fin de no caer en los grotescos errores de los “kremlinólogos” de antaño, a los siguientes: El ministro de Seguridad Pública, Zhou Yongkang, de 64 años, hombre bien visto por Luo Gan, su superior, que como hemos visto abandonará el Comité Permanente por razones de edad. He Guoqiang, de 63 años, director  del departamento de organización del Partido y más seguidor de Hu Jintao que de su superior Zeng Qinghong. Li Yunshan, de 59 años, director del Departamento de Propaganda del Partido. Wang Zhaoguo, de 66 años, máximo responsable de la Federación de Sindicatos Chinos, y vicepresidente permanente del  Congreso Nacional del Pueblo.
 
Y por último un caso muy discutido, Guo Boxiong, de 64 años, vicepresidente de la muy poderosa Comisión Militar Central, con lo cual ya habría dos miembros de la misma en el Comité Permanente, lo que parece excesivo. Aunque hay que destacar la peculiar estructura de poder chino, ya que no pudo decirse que Hu Jintao alcanzó el máximo liderazgo hasta que unió a sus puestos de secretario general del Partido Comunista y de Presidente de la República, el de presidente de la Comisión Militar Central.
 
Por idéntica situación hubo de pasar Jiang Zemin, y se recordará que el verdadero reformador de la China post maoísta, Deng Xiao Ping, no ocupó ni la presidencia de la república, ni la secretaría general del partido, sino que desarrolló su indiscutido poder desde la presidencia de la Comisión Militar Central. Esta particularidad del sistema comunista chino le distingue de otros partidos comunistas que en el mundo son y han sido.
 
De este análisis resulta deducible que en la ascensión a la cúpula del poder chino, podría aplicarse la máxima evangélica: “muchos son los llamados y pocos los elegidos.
 
ALGUNOS PROBLEMAS DE CHINA
 
LAS FUERZAS ARMADAS Y EL PARTIDO
 
Se especula en Occidente con el papel de las Fuerzas Armadas a las que se dedican mayores  partidas presupuestarias, especialmente en la tecnología y también en la mejora de las condiciones materiales de sus miembros. El presupuesto militar chino en 2006 fue de unos 35.000 millones de euros, aunque con otras partidas presupuestarias algunos expertos creen que dicha cifra podrá duplicarse.
 
Ha disminuido el número de componentes del Ejército de Tierra, aumentando el presupuesto de la Marina de Guerra y de la Aviación a las que se dota de avanzada tecnología, gran parte de ella rusa. La cooperación ruso- china es cada vez más activa en varios campos, y destacadamente en el ámbito militar. Maniobras militares de gran envergadura desarrolladas en territorio chino y ruso han constituido toda una demostración de fuerza, explicitando claramente una alianza táctica contra la calificada de “hegemonía global“ de Estados Unidos y su presencia en Asia Central.
 
Desde la tercera jerarquía en la cadena de mando, Cao Gangchuan, ministro de Defensa, y que ocupa  la segunda vicepresidencia de la Comisión Militar Central, ha manifestado: “el reconocimiento del liderazgo absoluto del Partido Comunista sobre el Ejército “. Cao ha criticado que algunas fuerzas hostiles toman como prioridad occidentalizar el Ejército chino situándolo bajo la dirección del Estado y han predicado la no politización y la nacionalización de las Fuerzas Armadas “en un intento de separar al ELP del liderazgo del Partido”. “Todos los militares chinos tienen la firme voluntad de obedecer las órdenes del Partido”. Y por si no estuviera suficientemente claro, el máximo dirigente, Hu Jintao ha señalado que el ELP es un ejército del pueblo bajo el liderazgo absoluto del Partido”.
 
LA PLANIFICACIÓN  FAMILIAR
 
China seguirá aplicando la planificación familiar y las políticas al respecto a pesar de que se ha incorporado a los países con bajo índice de natalidad. El Comité Central ha reiterado que la planificación familiar es una política estatal básica de china a persistir durante un largo plazo. La limitación a un solo hijo, preferiblemente varón especialmente en zonas campesinas en detrimento de la mujer está produciendo un acusado desequilibrio entre la población femenina y masculina, con una relación de 50 hombres por cada 43 mujeres, lo que origina problemas evidentes.
 
DESCONTENTO POPULAR EN ALGUNOS SECTORES
 
El exhibicionismo de los nuevos ricos con casas y vehículos costosos provoca enfado especialmente entre algunos sectores, no sólo los campesinos menos favorecidos. Las noticias de acaudalados conductores de Mercedes Benz, Audi, BMW, Jaguar, de los modelos de gama más alta mostrando actitudes arrogantes hacia personas muertas o heridas en accidentes de tráfico han causado profunda indignación, alimentando resentimiento contra los nuevos ricos. El número de ricos, considerados como tal los que superan anualmente ingresos por encima de 50 mil euros, puede alcanzar los 1,5 millones de personas, cifra que se estima está creciendo en un 15 % anual. Una voz oficiosa del pensamiento estatal, Xia Xuelan, de la Universidad de Pekín, manifiesta que los nuevos ricos deberán mostrar más responsabilidad social.
 
LA MONEDA CHINA
 
Se especula crecientemente sobre como China se prepara para dar vía libre a su divisa en los mercados financieros, y según algunos economistas tal cosa podría producirse después de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. La economía más grande de Asia puede flexibilizar el sistema de cambio de la moneda nacional : el yuan o remimbi. Hasta ahora anclado en un tipo de cambio fijo frente al dólar, muy infravalorado a juicio de los economistas  ha alimentado durante más de un lustro el déficit comercial de los EE.UU. presionando así a la baja al dólar. La medida de dejar cotizar libremente al yuan permitiría enfriar su economía, que avanza cada vez más rápido, a la carrera y en pleno despegue. Según un informa del Banco central de China, la economía del gigante asiático podría crecer en 2007 un 10,2 %, por lo que en diciembre podría superar a Alemania como tercer mayor economía del mundo, sólo por detrás de los Estados Unidos y Japón.
 
EL PROBLEMA ENERGÉTICO
 
El consumo de energía ha crecido de forma desproporcionado en los últimos años. En el período 1980- 2000  China cuadruplicó su PIB, mientras que sólo dobló su consumo energético. Sin embargo en el período 2001- 2005 el consumo energético superó el PIB. El consumo energético per cápita anual es de 1,7 toneladas de carbón, un 74 por ciento de la media mundial. Considerando la enorme población del país, el consumo es muy alto. Actualmente China es el segundo productor y consumidor de energía, el primer productor y consumidor de carbón  y el segundo consumidor de petróleo e importador y productor de energía. China se enfrenta al desequilibrio entre la demanda y el suministro, a un desproporcionado crecimiento del consumo, la contaminación y la difícil tarea de mejorar la eficiencia energética.
 
Reviste especial importancia la falta de petróleo, el suministro energético en las áreas rurales, el rápido desarrollo del transporte, el desproporcionado crecimiento del consumo de energía. A pesar de los esfuerzos en la extracción de petróleo en el territorio chino, aumenta de forma creciente el volumen de las importaciones. El gobierno chino no tiene que enfrentarse a los prejuicios progresistas imperantes en Occidente, y proyecta un plan colosal de nuclearización con 30 centrales nucleares nuevas de aquí a 2020. La gigantesca presa de las Tres Gargantas, la mayor del mundo, producirá energía hidráulica en volúmenes sorprendentes.
 
La gigantesca producción de carbón, dos mil millones de toneladas para 2010, origina enormes problemas en la red ferroviaria china, donde a pesar de una fuerte modernización de infraestructuras y material, se está produciendo una saturación del tráfico. Entre las últimas medidas para paliarlo, entre 2007 y 2009, los ferrocarriles chinos han encargado a la gran constructora estadounidense General Electric, 300 locomotoras Diesel- eléctricas de 6.000 CV, y otras 300, de idéntica potencia a la EMD (antes filial de General Motors). Ambos tipos de locomotoras se realizarán en coproducción con las factorías chinas de Qisuyang y Dalian.  En tracción Diesel- eléctrica hoy son las locomotoras más potentes del mundo.
 
TAIWÄN
 
La que parece decidida apuesta del presidente Chen Shui bian a favor de un referéndum para la independencia de Taiwán, que abandonaría su nombre oficial de República de China , bajo la nueva denominación de Taiwán, no sólo ha provocado la más fuerte reacción de la República Popular, sino la división dentro de la sociedad taiwanesa. El partido gobernante durante muchos años, y posible ganador de las elecciones de 2008, el Kuomintang se opone a dicha independencia.
 
Se ha esgrimido por algunos medios con que Chen Shui bian quiere jugar fuerte aprovechando el negativo impacto que supondría para Pekín, inmerso de lleno en los Juegos Olímpicos de 2008, una acción militar contra Taiwán. Pero el tema taiwanés desempeña posiblemente la máxima prioridad política para Pekín, que amenaza reiteradamente con la guerra en caso de “secesión”. En septiembre de 2007 las Fuerzas Armadas continentales disponen ya de unos 900 misiles apuntando directamente a Taiwán.
 
El gobierno de Taipei está procediendo a una renovación de sus Fuerzas Armadas, habiendo realizado hace sólo unos días las mayores maniobras navales nunca realizadas destinadas a contrarrestar a la Armada  china. Los destructores de la clase “Kidd” adquiridos a los Estados Unidos han realizado dichas maniobras con fuego real y operaciones antisubmarinas. Aunque construidos a mediados de los años 70 tienen todavía con mayor poder y armamento más sofisticado que los buques continentales. Según el contralmirante Liu Chih- chien: “Nosotros no podemos competir con China continental, pero podemos competir en el plano de la calidad”, al referirse a la creciente Armada china con navíos de construcción rusa y china. (La Marina china está desarrollando un proyecto para la construcción de portaaviones ).
 
No hay duda del importante papel que juegan los Estados Unidos en el conflicto entre ambos lados del estrecho de Taiwán. La administración Bush se opone abiertamente a la convocatoria del referéndum que plantea Chen Shui- bian, considerándolo innecesariamente provocativo, pero tampoco toleraría un ataque militar contra Taiwán, que en caso de conflicto debería luchar sola durante unos catorce días.
 
Curiosamente existe un tema en el que hay coincidencia entre representantes de China y de Taiwán consultados por este comentarista, y es la de que los Estados Unidos desean primordialmente que se conserve el actual “statu quo”. Ni referéndum ni anexión.
CHINA Y EL PARTIDO COMUNISTA
 
Como conclusión a este análisis sobre el gigante asiático nuestra opinión es la de que los dirigentes del Partido se encuentran eufóricos en muchos aspectos, y no solamente no dudan del papel rector del Partido sobre la cambiante sociedad china, sino que creen firmemente que el actual sistema es el único posible para convertir a China en potencia mundial y acelerar su progreso y desarrollo. Para ellos fuera del mismo sólo cabría el caos, el desorden y de nuevo una China humillada por las potencias extranjeras.
 
No parece entrar en el campo de la realidad sino en el de la utopía las especulaciones de tantos políticos, empresarios, periodistas, etc. que piensan en una transformación de China acorde con los postulados occidentales. Los dirigentes de la cuarta generación han confirmado sobradamente que para su concepción total de la vida china no hay otro camino; el único modo correcto de regir la sociedad china y acelerar su progreso haciendo frente y solucionar los múltiples problemas que afectan a China radica exclusivamente en el Partido.
 
Con los cambios que se quieran para solucionar los problemas derivados del desmesurado crecimiento, de las desigualdades existentes, de la burocracia, de la sanidad, de los transportes, etc., no parece, aplicando la lógica derivada de la experiencia que los futuros dirigentes de la quinta generación que previsiblimente accederán al poder en 2012 quieran en absoluto un cambio. Un cambio tal que supusiese arriesgar la existencia misma del partido.