Los servicios de información rusos puestos al día

por Ángel Maestro, 22 de junio de 2007

El espionaje, ayer soviético, desde 1991 ruso, se encuentra muy activo, diecisiete años después de la caída del muro de Berlín, y a los dieciséis de la caída de la Unión Soviética. Los “órganos especiales”, conforme a su denominación tradicional soviética y rusa, disfrutan hoy de buena salud.
 
Tras el ascenso al poder de Boris Yeltsin y la implosión de la Unión Soviética, el poderoso Comité para la Seguridad del Estado (KGB), fue dividido en entidades separadas.
Destacando muy significativamente dos: la dirección de seguridad interior FSB, encargado de la información interior y el contraespionaje, y el SVR a cargo de la información exterior. Desde entonces estos servicios han cambiado varias veces de directores, pero se han incrementando de forma continuada sus actividades y decisiones.
 
EL GRU
 
Pero dentro de los “órganos especiales”, como se denominaban en la antigua URSS y siguen denominándose en la Rusia actual dichos servicios, existe uno que no ha cambiado de etiqueta ni sufrido crisis. Es el GRU. Glavnoi Razvedivatelnoie Upraveinie. Siglas de la Dirección Principal de Información (GRU) del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia.
 
Este servicio militar de espionaje y de contraespionaje experimentó grandes rivalidades con el extinto KGB. Rivalidades de hombres y de clanes. Rivalidades también en los medios operativos. El GRU sigue siendo hoy uno de los servicios de inteligencia más cerrados del mundo a cualquier información exterior. Es el único de los “órganos especiales” que ha conservado su antiguo desde la desaparición de la Unión Soviética. El GRU conserva la misma denominación desde el 5 de noviembre de 1918, su fecha fundacional.
 
Contrariamente a informaciones erróneas que han seguido utilizándose en nuestros días, el primer director del GRU fue Simón Ivanovich Aralov, y no la figura legendaria del general Ian Berzin, uno de los hombres más importantes en la historia de los servicios rusos, eliminado posteriormente por Stalin. Desde Aralov y Berzin hasta su director actual en la época Putin, el general Valentín Vladimirovich Korabelnikov, el GRU continua siendo un mundo cerrado a la información exterior, posiblemente aún más que los eficaces FSB, dirigido por el general Nikolai Patrushev, y el SVR, dirigido por el general Lebedev, ambos hombres de la confianza de Putin.
 
El GRU ha conocido desde el fin de la URSS en 1991, cuatro directores, pero el último , el general Korabelnikov nombrado en mayo de 1997, sigue conservando su puesto en junio de 2007- por lo que posiblemente es hoy el jefe más antiguo de cualquier servicio de información del mundo- Dicha prolongada permanencia representa un hecho notable. Máxime cuando en el año 2000, Rusia llegó a la presidencia una personalidad tan característica como Vladimir Putin. Putin  en su mandato no ha dudado nunca de sustituir a cualquiera que no coincida con sus especiales condiciones nacional- soviéticas.
 
El funcionamiento del GRU es secreto, pero no su existencia. Si el 20 de diciembre (por el 20 de diciembre de 1918) se celebra el aniversario de la fundación de la Cheka (la vieja policía política fundada por Lenin y Djerzinsky), el 5 de noviembre se celebra institucionalmente el Día de los Oficiales de Información Militar, para que la sociedad reconozca los méritos de los oficiales de información. Se celebra  un acto al que asiste el propio presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin. Lo que pone de manifiesto la consideración e importancia conferida por el actual régimen ruso a los “órganos especiales”. ¿Sería imaginable en España la celebración pública del día del CNI, presidida por el actual Jefe del Estado?
 
El GRU hoy, 2007, no posee departamento de prensa, y los lugares donde se encuentran estacionadas sus fuerzas de actuación en misiones especiales pertenecen a la información secreta. Sin embargo los medios informativos rusos dedican con asiduidad artículos al GRU y a sus miembros, así como series televisivas en las que se exhiben los éxitos del GRU.
 
Los relativos, por ejemplo, a la eliminación de dirigentes terroristas en Chechenia, se encuentran en bastantes ocasiones bajo el hilo conductor del GRU. Concretamente en Chechenia, desde 1999, más de 3.000 terroristas que actuaban en esa república han sido puestos fuera de combate por las unidades de acción del GRU.
 
El GRU cuenta con destacados analistas y estudiosos que en base a sus fuentes de información analizan la situación no sólo militar, sino política concerniente a Rusia, los conflictos armados regionales y locales, el armamento de las potencias extranjeras, los teatros de operaciones militares, le economía, etc. El director del GRU, general Korabelnikov, ha manifestado:” todo lo que ha pasado, pasa, y pasará en el mundo, será siempre el objeto de atención de la información militar”
 
SU NUEVA SEDE
 
 El GRU dispone de una nueva y ultramoderna sede de diez pisos, más cinco en el subsuelo, inaugurada por el propio Putin en noviembre de 2006, y que según fuentes solventes, desde abril de 2007 se encuentra ya plenamente operativa. El complejo, sito en el lugar de Jorochevskoie, avenida en el noroeste de Moscú, presenta características que no tienen parangón con ningún edificio de la Rusia actual: equipado con sistemas de protección y utilización de avanzadas tecnologías de satélite, material electrónico de última generación, etc.
 
Todo absolutamente de fabricación rusa, sin elementos extranjeros, con el fin de asegurar al máximo las medidas de prevención y control de espionaje exterior, dada la tradicional desconfianza rusa en el mundo de los servicios secretos. De forma bien visible el muro que rodea el complejo es de tal espesor y fortaleza que no podría ser atravesado ni por un vehículo blindado suicida.
 
Como reconocimiento al pasado, en la parte noble del edificio figura una pequeña estatua de Richard Sorge, el hombre que tan decisivamente influyó para evitar la derrota de la Unión Soviética en 1941; también hay recuerdos de su mítico dirigente, el general Berzin, y de otras figuras importantes en la historia de los servicios soviéticos.
 
Al igual que en la sede de la CIA en Langley, Virginia, o en la del MI 6 británico ,o de otros servicios, la mayor parte de los funcionarios del GRU no tienen acceso a determinado sectores del complejo con accesos codificados, y únicamente un número extraordinariamente limitado de personas pueden penetrar en los mismos.
 
EL SVR
 
Desde la llegada de Putin al poder, concretamente desde mayo de 2000 ,permanece en la dirección del SVR, el eficaz servicio de información exterior, el teniente general Serguei Lebedev, quien tiene por adjuntos principales a los generales Vladimir Zavershinsky y Serguei Smirnov, este último con mayor dedicación a la lucha antiterrorista.
 
Posteriormente trataremos del FSB, pero concretándonos en las actividades del SVR y del GRU, puede afirmarse que el nivel operativo de ambos servicios comparado con el del KGB y GRU en los últimos diez años anteriores a la implosión de la URSS no sólo está a su nivel, sino que posiblemente haya  mejorado.
 
Éxitos como el del alto funcionario de la CIA, Aldrich Ames. Probablemente haya sido Ames el agente soviético, luego ruso, que mayor daño causó a los servicios occidentales, no sólo a la CIA, destruyendo con sus comunicaciones a los rusos la casi totalidad de los agentes rusos al servicio de la CIA, seguido de la ejecución de los mismos.
 
También desenmascaró la concienzuda labor del coronel Gordievsky, del KGB, al servicio del MI 6 británico, quien proporcionó informaciones valiosísimas. Gordievsky no habría sido descubierto sin los informes de Ames, aunque afortunadamente para él, pudo huir a tiempo de la Unión Soviética, rescatado por los servicios británicos. El caso Ames puso de relieve la importancia concedida por los rusos a los servicios de información, pues captado por el KGB, cuando este desaparece en plena implosión de la URSS, siguen las actividades de Ames.
 
Deshecho el estado soviético y las estructuras de poder e imperando una profundísima crisis política y económica, los “órganos especiales “continuaban con su misión. Ames fue transferido en sus funciones desde el KGB al incipiente SVR. Ames, un agente que a diferencia de los Sorge, Phliby, Londsdale, y tan largo etc. no trabajaba por motivos ideológicos, sino exclusivamente por dinero. Y en una Rusia en crisis, donde tantos organismos estatales carecían de recursos económicos, los servicios de inteligencia le pagaron 3 millones de dólares. Que podrían haber sido más por sus preciosas informaciones, si el mismo Ames hubiese sido más cauto en sus continuos gastos exhibicionistas arrojando las sospechas que condujeron a su atención.
 
El SVR se apuntaría posteriormente otro tanto sensacional, humillante para el FBI, considerado hasta entonces inmune a la infiltración. Tal caso fue el reclutamiento del agente especial destinado en ¡contraespionaje!, Richard Hansen. Y también por motivos económicos. Ames y Hansen no eran ya reliquias de la guerra fría, sino activos de la nueva Rusia postsoviética.
 
Un antiguo inspector general de la CIA, Frederic P. Hitz, liberal norteamericano, por tanto no perteneciente al sector conservador,  ha llegado a una conclusión: Y es que la actividad de los servicios rusos hoy es comparable al apogeo de la confrontación en tiempos de la guerra fría.
 
Según el contraespionaje británico, MI 5, al producirse el desplome de la URSS, en 1991, no había más que un solo agente ruso bajo cobertura diplomática en Londres en 1991. En mayo de 2007 el MI 5 estima en 18 personas los operadores del SVR, y curiosamente también en 18 los pertenecientes al GRU. Sin tener en cuenta el aparato de ilegales, es decir los introducidos en el país bajo identidades extranjeras.
 
En Finlandia los efectivos del SVR y del GRU, ascienden en 2007 a 30 personas. En Noruega y Suecia las actividades de los eficaces servicios rusos han alcanzado un nivel también comparable a los años de la guerra fría De ellos puede destacarse el joven agente Alexander Zamiatin, de 29 años, quien se había introducido en laboratorios bioquímicos, intentando entrar en la más avanzada división tecnológica de la famosa empresa sueca Ericsson.
 
En la antigua Europa del Este, los servicios rusos despliegan su actividad. Por  ejemplo en Polonia, donde se descubrió que Marczyn Tylinski, secretario parlamentario del diputado del Partido Campesino Polaco, Josef Gruska, era agente del SVR. Los servicios polacos han examinado los expedientes de casi un centenar de agentes de influencia rusos.
 
Tanto el SVR como el GRU se muestran activos en Bulgaria, Eslovaquia, Hungría y Rumanía. No tanto aprovechando los restos de los antiguos partidos comunistas, pues conocen, por ejemplo en Polonia, los esfuerzos para desenterrar el pasado con la memoria histórica, sino basándose en agentes nuevos y no utilizados.
 
Y en los Estados Unidos, la CIA descubrió hace sólo unos meses la actividad al servicio del SVR del suboficial de la Marina, Ariel Weinmann, especialista destinado en el submarino nuclear “Alburquerque”.
 
En la época tan difícil de transición entre la URSS y la posterior Federación Rusa, permaneció un tiempo a la cabeza del SVR, Evgeni Primakov. Para nuestra opinión Primakov, quien llegaría a ser primer ministro, ha sido la cabeza más inteligente y con mayor preparación no ya de los ´”órganos especiales”, sino de toda la Rusia postsoviética. Yeltsin le apartó de la carrera política, y si no hubiese sido por un error de cálculo en su alianza electoral con el alcalde de Moscú, hoy sería Primakov y no Putin el presidente de Rusia.
 
Aún siendo Putin un antiguo hombre del KGB y de los servicios postsoviéticos, inteligente y con las ideas claras, Primakov constituye la personalidad rusa más destacada. Su sucesor al frente del SVR en 1966, fue un destacado adjunto suyo, el general Trubnikov. Pero a pesar de la eficacia de Trubnikov y otros directivos, representaron algo distinto y anterior a los nuevos directivos, hombres de confianza de Putin, eficientes sí, pero prevaleciendo su pertenencia al clan de San Petersburgo de Putin: los Patrushev, Lebedev, etc. El director del SVR, Lebedev ha dicho que el presidente y él, se comunican como hombres que son del mismo oficio.
 
Por otra parte, la presión americana sobre Georgia, para instalar bases en el corazón del ex imperio soviético, ha desatado el mayor interés, lógicamente, de los servicios al sentirse amenazados en su propio suelo. Y aunque en este caso la misión primordial correría a cargo del FSB, también la información exterior procedente del SVR y del GRU resulta de gran importancia.
 
Pero no todo son éxitos, sino también existen fallos, lógicos en toda obra humana. Así el caso de la detención por el FSB del coronel del GRU, Sergueï Skripal, de 55 años de edad, quien había trabajado, ya en la época postsoviética, nueve años para los servicios de información británicos.
 
Pese a lo reservado del caso ha trascendido que Skripal causó daños considerables a la capacidad de defensa y a la seguridad del Estado ruso. Skripal facilitó a los servicios inglese los nombres de los miembros rusos en Londres, tanto de la “residencia“ del SVR como del GRU.
 
Para el  FSB las informaciones facilitadas, pueden haber causado un daño muy considerable, aunque según nuestra opinión, no tan grande como las facilitadas por el coronel del GRU Oleg Vladimirovich Penkovski. Penkovski  facilitó informaciones del más alto nivel sobre el arsenal nuclear soviético a los británicos y a los estadounidenses en la crisis de los misiles cubanos, hasta que fue detenido, condenado y ejecutado en 1963.
 
Se ha comparado también el daño causado por Skripal, al del coronel del KGB antes citado, Oleg Gordievski, también al servicio de los británicos, pero para nuestra opinión, aunque muy importantes, pueden ser inferiores a los facilitados por Gordievski. El coronel Skripal recibía en cada encuentro con los británicos una retribución a cambio de la información facilitada que le era ingresada en un banco español. Aunque según fuentes rusas las cantidades no eran ni mucho menos altas, sino en torno a unos 12.000 euros anuales, cifra extraordinariamente baja dada la calidad de la información facilitada.
 
EL FSB
 
Resultaría sorprendente en un país occidental el que el Jefe del Estado señalase las misiones y las nuevas misiones a los servicios de seguridad. El presidente Vladimir Putin ha fijado las nuevas misiones del FSB. En una sesión del Colegio del FSB- cuyo director, Patrushev, es uno de los hombres de mayor confianza del presidente - Putin  ha pedido a los “órganos especiales” una mayor eficacia en las operaciones de contraespionaje, de combatir la corrupción, de la más eficaz lucha contra el terrorismo, no permitiendo la infiltración de terroristas en el territorio ruso y no tolerando las manifestaciones de extremistas durante las elecciones venideras. Patrushev es uno de los hombres de mayor confianza del presidente.
 
Según Putin dada la política exterior y multidireccional de Rusia, resulta de la mayor importancia impedir la fuga de informaciones protegidas tanto en el terreno político como en el económico. Proteger los descubrimientos científicos y las tecnologías, porque de todo ello depende las tomas de posición de Rusia en el mundo.
 
La vigilancia del FSB permitió la detención del coronel Skripal, así como de un agente de los servicios secretos alemanes trabajando en Moscú, Andrei Dumenkov, con información sobre futuras investigaciones de misiles rusos avanzados. Los científicos rusos han desarrollado un avanzadísimo misil, el denominado “Topol -M “. Dichos misiles hoy, son los únicos en el mundo dotados de ojiva planeadora y capaces de desarrollar con velocidad hipersónica maniobras en zigzag, pudiendo burlar cualquier defensa antiaérea
 
LA INTERVENCIÓN DE PUTIN
 
La intervención de Putin en los servicios especiales resulta muy distinta a la de los jefes de Estado o de gobierno occidentales, ya que por ley, el presidente fija la estrategia de los mismos, y corresponde a los directores del SVR o del FSB,marcar la táctica con sus colaboradores.
 
El FSB controla los sectores estratégicos, vigila a los científicos que desarrollan su actividad en áreas delicadas, y especialmente a aquellos agentes que puedan transmitir informaciones a gobiernos extranjeros. No se poseen informaciones totalmente fiables si el FSB  colabora con el SVR en misiones exteriores fuera de Rusia; por el momento los datos no pasan de meras suposiciones.
 
En la Rusia actual algo más del 70 % de la élite política procede del antiguo KGB o del FSB. A diferencia de la época soviética donde el KGB se ocupaba, no total, pero si esencialmente de la seguridad, hoy una gran parte de los herederos de esa superestructura intervienen muy activamente en los negocios, los partidos políticos, los gobiernos regionales y también en el mundo de la cultura.
 
En otros países se nombra al frente de los servicios de información a personas venidas de otros campos, ejemplo España, donde se ha puesto al frente del CNI a personas bien alejadas y desconocedoras de dicho campo.
 
Por el contrario los directores de los servicios rusos, de eficacia bien probada en la época postsoviética, son oficiales de carrera de los servicios de información. Una característica fija de los servicios, antaño soviéticos y hogaño rusos, ha sido la prioridad total dada al espionaje humano, sobre el espionaje por medios tecnológicos, privilegiados en la CIA y en otros servicios. Objetivamente considerados, los hechos testimonian a favor del espionaje humano.
 
Y finalizando con la especial particularidad y diferenciación de los servicios rusos, respecto a  otros homólogos, nada menos que el mismo Putin ha reconocido que su experiencia profesional en los servicios de información le ayuda muy activamente en su actividad actual como presidente de la Federación de Rusia.
 
CONCLUSIÓN
 
Los servicios rusos de espionaje y contraespionaje, gozan de buena salud.