OTAN, contra el relativismo

por Florentino Portero, 23 de noviembre de 2010

 

(Publicado en ABC, 23 de noviembre de 2010)
 
No se preocupe, no pienso contarle la Cumbre de la OTAN en Lisboa en apenas tres párrafos. Lo allí ocurrido, con sus aciertos y sus fracasos, requiere de bastante más espacio del que esta columna nos permite. Sólo quisiera llamar su atención sobre un párrafo, el último del nuevo Concepto Estratégico allí aprobado. La Alianza se basa en la defensa de la libertad individual, la democracia, los derechos humanos y el imperio de la ley y en el propósito compartido de salvaguardar la libertad y seguridad de sus miembros. «Estos valores y objetivos son universales y perpetuos».
 
Parece que el clima de crisis que nos envuelve está haciendo reaccionar a esta vieja cultura occidental hasta el punto de reivindicar aquello que le caracterizó y que en estas últimas décadas despreció: el convencimiento de que es posible distinguir el bien del mal, lo justo de lo injusto y, por lo tanto, rechazar el principio relativista de que casi todo vale, de que no somos quién para juzgar los comportamientos de musulmanes, hindúes, chinos… Los derechos humanos no entienden de culturas.
 
No sé si nuestras autoridades son conscientes de lo que han firmado. En esta vida no hay que dar nada por sentado. Pero si el presidente Rodríguez Zapatero inauguró su mandato retirando apresuradamente las tropas de Irak y presentando su propuesta de Alianza de las Civilizaciones en Naciones Unidas, su aceptación del nuevo Concepto Estratégico implica la renuncia a los fundamentos de aquella propuesta, que tan costosa como estéril vida ha tenido. Si se presentó ante la comunidad internacional como el campeón del relativismo cultural, hasta el punto de proponer la autocensura a los periodistas cuando del islam se tratara, su agonía política coincide con su postrer, aunque involuntario, reconocimiento del carácter universal de los valores.