La Unión de Tribunales Islámicos: El nuevo poder somalí y la nueva amenaza internacional

por Santiago Tazón, 2 de enero de 2007

I. Introducción
 
“Desde el Mar Rojo al lago Victoria, el Cuerno de África es uno de los pocos lugares del mundo en el que un viajero, siendo cuidadoso, puede desplazarse 1400 millas (unos 2.250 kilómetros) atravesando cuatro países sin presentar ningún pasaporte ni encontrarse a un sólo oficial de ningún gobierno.”
 
La frase es de Chris Tomlinson un osado corresponsal de la agencia de noticias Associated Press.1 Especialmente desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, la comunidad internacional en general y Estados Unidos en particular persiguen evitar que haya zonas del mundo que queden fuera del alcance de la autoridad de los gobiernos por el riesgo que presentan de convertirse en refugios y campos de entrenamiento para el terrorismo internacional. Los estados fallidos presentan en ese sentido un riesgo muy elevado.
 
No hay en el mundo un estado más fallido que el estado somalí. Pese a todo es un momento de grandes cambios para Somalia, pero aunque parezca increíble la situación va a empeorar.
 
Los islamistas de la Unión de Tribunales Islámicos controlan la mayor parte de las regiones del sur y del centro de Somalia incluyendo la capital (Mogadiscio) y las principales ciudades y han declarado la jihad (guerra santa) para expulsar a las fuerzas de Etiopía.
 
La comunidad internacional se alarma y el terrorismo internacional se congratula ante los posibles escenarios de una guerra regional de consecuencias impredecibles que será un nuevo campo de batalla dónde practicar la jihad y la consolidación de un emirato islamista gobernado por gente que opina que Osama Ben Laden dejará de ser tildado de terrorista y será reconocido por el mundo como un combatiente por la libertad como ya ocurrió con Nelson Mandela 2.
 
Soluciones medievales para problemas feudales
 
En Somalia no existen rivalidades raciales o étnicas porque todos pertenecen al mismo grupo étnico que es el somalí. Del mismo modo tampoco se da un conflicto religioso, la religión musulmana sunita es la del 99% de los habitantes.
 
Los conflictos entre facciones son por lo tanto conflictos de intereses de las distintas facciones amparados en la pertenencia a clanes y sub-clanes.
 
La ausencia de un poder central que monopolice -o al menos domine- en el ejercicio de la fuerza coercitiva deja en manos de los señores (de la guerra) feudales la ley y el orden en sus respectivas zonas de control.
 
El sistema se reduce al pago de tributos y peajes constantes a las milicias: utilizar una carretera, por comprar o vender una mercancía y en general por todo aquello que arbitrariamente decidan los que tienen capacidad de disparar al ciudadano.
 
Eran las monarquías de la Europa medieval las encargadas de aplacar los enfrentamientos entre señores feudales y la ausencia de un monarca -o si éste daba excesivas muestras de debilidad- se traducía en guerras constantes.
 
En octubre de 2004 la situación de anarquía y guerra feudal de todos contra todos que ha soportado Somalia desde la caída del régimen de Siad Barre en 1991 parecía aclararse con el establecimiento de un Parlamento Federal de Transición y un GobiernoFederal de Transición.
 
La vieja usanza medieval de aplacar las ansias expansionistas y guerreras de los señores por el sometimiento a un poder central fuerte -un rey- se aplicaban en la Somalia del siglo XXI aunque sin corona.
 
Inicialmente el Parlamento hubo de establecerse en Kenia, pero no sin dificultades en febrero del 2006 logró trasladarse a suelo somalí y desde entonces, todas las miradas y las esperanzas estaban puestas en un granero reconvertido de la ciudad de Baidoa, sede del Parlamento de Somalia.
 
Pero la receta medieval, con corona o sin ella, precisaba de un ingrediente esencial para ese poder central: si no el monopolio de la fuerza sí al menos una capacidad considerable de imponer sus decisiones.
 
La debilidad de ese poder central ha lastrado y desviado el proceso dejando un vacío que un nuevo actor -el islamismo- se ha apresurado a llenar y en menos de dos años todo ha cambiado en Somalia.
 
El fracaso de las instituciones federales de transición
 
El Gobierno Federal de Transición encabezado por el Presidente Abdullahi Yusuf goza de un amplio reconocimiento internacional ya que está reconocido por las Naciones Unidas, la Unión Africana y la organización regional IGAD (Inter-governmental Authority on Development) pero su control efectivo sobre el país es casi inexistente, limitándose a la localidad de Baidoa -ciudad sede del mencionado Gobierno y del Parlamento- y sus alrededores de forma muy limitada 3. El Presidente Abdullahi Yusuf ha gozado siempre del apoyo de Etiopía, no sólo desde que es Presidente sino también cuando presidió la auto-declarada entidad autónoma de Puntand4 en el nor-este de Somalia y en general en sus actuaciones al frente de la milicia armada SSFD como señor de la guerra en la zona de Puntland.
 
El gran avance que supuso el establecimiento de las instituciones federales de transición nunca se culminó con un plan efectivo de desarme y desmovilización de las milicias.
 
Los warlords nunca perdieron su poder, lo que vacío de poder efectivo a las instituciones que no consiguieron siquiera establecer la sede del gobierno en la capital, Mogadiscio.
 
El problema principal con estas instituciones ha sido el que han estado viciadas desde su inicio. Conferir la representación de los somalíes a los warlords, a los señores de la guerra, era con toda probabilidad la única manera de sentar en al misma mesa a los líderes -al menos líderes de hecho- que representaran a las distintas facciones armadas dando entrada a los clanes y sub-clanes más importantes, pero también supone otorgar la soberanía a quienes han subyugado, extorsionado y aterrorizado a la población durante 16 años.
 
Además, para estos warlords la participación en el Gobierno Federal de Transición no ha supuesto desarmar sus milicias, ni siquiera desmontar de los caminos las barreras “de peaje” ilegales con las que se financian.
 
Si continúan las zonas de control y las milicias armadas los somalíes siguen sufriendo la situación y sólo se benefician por la relativa pacificación que conlleva este pacto de reparto de poder entre los warlords de siempre.
 
II. Los Tribunales islámicos
 
La Sharia frente a la anarquía
 
Los tribunales de la Sharia surgieron en plena anarquía como única posibilidad de alcanzar algún tipo de justicia. Comerciantes y pequeños empresarios encontraron en esos tribunales y en la Sharia un nivel de seguridad jurídica que contrastaba con la anarquía feudal de los señores de la guerra dónde la única norma era la ley del más fuerte. El pago de los gastos judiciales por los ciudadanos que acudían a ellos los financiaba y dotaba de cierta autonomía de actuación y pronto fueron asumiendo más tareas que incluían la prestación de servicios públicos.
 
Cada tribunal puso en marcha su propio servicio de orden que asumió ciertas tareas policiales.
 
Al igual que hicieron Hamas en Palestina o el Taliban en Afganistán la Unión de Tribunales Islámicos se presenta como un grupo local que representa al pueblo y que va a traer servicios básicos además de la ley y el orden. Es un hecho contrastado que en países islámicos la degradación de las instituciones y la inestabilidad constituyen un caldo de cultivo para el crecimiento del islamismo.
 
Aunque los tribunales islámicos funcionan en Somalia desde principios de los noventa, su expansión ha sido lenta y siempre ocupando el vacío dejado por los instrumentos judiciales de los clanes.5
 
Los tribunales empezaron teniendo una base clánica pero al asociarse entre ellos perdieron la dependencia de la jerarquía de los clanes lo que unido a la obtención de vías de financiación les empezó a convertir en un poder paralelo que se consolidaba sobre todo en el sur de Somalia.
 
La Shabab es la rama juvenil de la organización, ha asumido labores militares y se ha convertido en una fuerza militar de choque de gran efectividad.
 
Victoria sobre los warlords
 
Los tribunales islámicos competían de hecho con las milicias de los warlords en varios sentidos: por una parte los recursos que comerciantes y otros negocios empleaban en pagar a los warlords para obtener protección fueron derivados hacia los tribunales que ofrecían mayores garantías, sus sentencias se dictaban y aplicaban sin consideración de los intereses o de las opiniones de los warlords y de hecho les disputaban el monopolio de la fuerza coercitiva.
 
Los Estados Unidos, decididos a cortar el paso al islamismo, decidieron fomentar una alianza entre warlords para combatirlos creándose la ARPCT (Alliance for the Restoration of Peace and Counter-Terrorism) con la participación de las milicias más relevantes de Mogadiscio, algunas de ellas lideradas por ministros del Gobierno Federal de Transición.
 
El apoyo exterior, el factor sorpresa y la mayor disciplina de los islamistas hizo que fueran derrotando uno a uno a todos los warlords de la ARPCT y controlaran al completo la ciudad de Mogadiscio, por primera vez tras tres lustros bajo un único mando.
 
El hecho de que la ARPCT contara con el apoyo de los Estados Unidos sirvió para que la Unión de Tribunales Islámicos recibiera importantes ayudas del exterior (armamento, recursos y voluntarios) contase con un mayor apoyo popular y se acrecentase la leyenda de su victoria.
 
Ley y orden
 
En los últimos 16 años: es la primera vez que un único poder controla toda la ciudad de Mogadicio, y con sus conquistas posteriores es la primera vez que un único poder controla una zona tan grande de territorio en Somalia.
 
A los habitantes se les prometió ley y orden y las cosas están cambiando: Los asesinatos indiscriminados, las violaciones a las mujeres antes eran corrientes e impunes. Con la Unión de Tribunales Islámicos en el poder, los niveles de delincuencia se han visto drásticamente reducidos, la gente puede transitar por la ciudad sin peligro y están reabriendo comercios y restaurantes.
 
El puerto y el aeropuerto de Mogadiscio vuelven a funcionar tras 16 años.
 
Por supuesto no todo son ventajas para el ciudadano somalí de a pie, las reglas estrictas de la Sharia han llevado a prohibir la venta de alcohol, mascar el khat (alucinógeno tradicional cuyo uso está muy extendido en Somalia), la censura en los cines (que prohibieron incluso el mundial de fútbol), obligatoriedad del velo, etc.
Han prohibido incluso la música en las bodas. Se exige una rigurosa observancia religiosa, además de imponerse los castigos tradicionales de la Sharia.
 
Aunque la ley islámica sea fácilmente aceptada puesto que casi la totalidad de la población es musulmana, la interpretación integrista del Islam no encaja ni con la mentalidad ni con la tradición de los somalíes. El Islam somalí es un Islam tolerante con centros de enseñanza mixta, el alcohol es tolerado en ocasiones, etc. La ley y el orden eran una prioridad para ellos y la dan por bienvenida venga de dónde venga, pero el integrismo o la jihad no cuentan con una base social amplia y resultará difícil que la lleguen a tener.
 
Jihadismo y salafismo en Somalia
 
En la década de los 70 florecieron varios centros wahhabitas en Somalia dirigidos por imanes que habían sido educados en Arabia Saudita.
 
El salafismo somalí se enfrentó con los sufíes que representan una tradición importante en Somalia. En algunos casos recogen la herencia de los sauuritas, seguidores del Jeque Saruur, expulsado de Arabia Saudita por sus enseñanzas radicales.
 
En los años ochenta florecieron algunos grupos islamista locales y algunos llegaron a consolidarse en los noventa.
 
El grupo islamista combatiente más conocido de Somalia fue al-Itihaad al-Islaami (AIAI), el propio Sheik Aweys lo dirigió desde 1991 y se componía de un millar de combatientes.
 
Concentró sus ataques contra objetivos etíopes y fueron los etíopes y sus aliados en Somalia los que sometieron al grupo a operaciones de escarmiento que acabaron con el grupo, que se disolvió en 1997.
 
En la última década, el auge de organizaciones islamistas en Somalia (benéficas, de negocios, misioneras o los propios tribunales) pusieron en guardia frente a la intención no declarada de crear un estado islámico en Somalia.
 
Además de la ya mencionada “al-Ittihaad al-Islaami” varios grupos de islamistas radicales habrían actuado en Somalia y pueden haber tenido mayor o menor influencia sobre la Unión de Tribunales Islámicos: “al-Takfir wal-Hijra” un grupo muy extremista que pretende el castigo de los musulmanes que incumplen la observancia (takfir significa apóstata y suele marcar la línea entre jihadistas que matan sólo infieles y jihadistas que matan infieles y además musulmanes que por su inobservancia pueden ser considerados apóstatas)6. Pese a que su nombre podría ser traducido como “el exilio del apóstata” su método para apartar a los apóstatas de la comunidad es la de derramar su sangre.7 “al-Islah” que significa reconciliación y que pretende crear un estado islámico en Somalia “al-Tabligh” grupo misionero conectado con las madrazas pakistaníes que originaron el Talibán.8
 
Pese a que los islamistas radicales (salafistas y jihadistas) han alcanzado posiciones preeminentes en la Unión de Tribunales Islámicos, eso no significa, como ya avanzábamos, que el salafismo y el jihadismo tengan un amplio respaldo social en Somalia. De acuerdo al análisis elaborado por el International Crisis Group (ICG)9 la inmensa mayoría de somalíes desean un gobierno democrático y responsable que se base en la fe islámica entendida como tradicionalmente se ha interpretado en Somalia: un Islam tolerante, moderado y que respete la diversidad en la observancia de sus preceptos.
 
Por ello los analistas del ICG recomiendan que la mejor forma de enfrentarse al jihadismo en Somalia es ayudar a los somalíes a conseguir el Gobierno que desean 10.
 
Las milicias de facciones han estado siempre vinculadas a clanes y sub-clanes y protegen exclusivamente a los miembros de su propio clan o sub-clan. Los miembros de comunidades minoritarias en Somalia están a merced de los abusos de las milicias al no contar con la protección de ningún grupo armado.
 
La novedad de una milicia que no se basa en clanes sino que tiene una base religiosa ha atraído no sólo a los fanáticos religiosos sino que se ha constituido en la auténtica protectora de los débiles. Así, los ciudadanos anónimos que no estaban integrados en milicias armadas, las verdaderas víctimas de los abusos de los señores de la guerra y de sus milicias durante los últimos tres lustros han acudido entusiasmados a la llamada de la Unión de Tribunales Islámicos que les prometía orden y justicia independientemente de su pertenencia a clanes.
 
No existía en Somalia 11 ningún sistema de administración de justicia eficaz y competente que impusiera el respeto por el Estado de derecho y protegiera de forma imparcial los derechos humanos. El Gobierno Nacional de Transición y los dirigentes de las distintas facciones no protegían a los ciudadanos, mientras que las milicias de las facciones perpetraban abusos con impunidad. Quedaban aún unos cuantos tribunales de la ley islámica (Sharia) que seguían funcionando a nivel local, pero sus procedimientos distaban mucho de ajustarse a las normas procesales internacionales.
 
III. El conflicto somalí ante la comunidad internacional
 
Las conversaciones de paz
 
Los compromisos de paz alcanzados por ahora entre los dos grupos son los acuerdos conocidos con los nombres de “Declaración de Jartum” o “Jartum I” (22 de junio de 2006) y “Jartum II” (4 de septiembre de 2006) que como sus propios nombres indican fueron el fruto de conversaciones mantenidas en la capital de Sudán.
 
Ambos acuerdos persiguen establecer una situación que garantice unos mínimos de seguridad y estabilidad en Somalia. En ellos se acordó unir las fuerzas de ambos grupos y reconstituir el ejército nacional somalí y la fuerza nacional de policía.
 
El 22 de junio se firmó un alto el fuego que posteriormente violaron ambas partes.
 
Las delegaciones del Gobierno Federal de Transición y de la Unión de Tribunales Islámicos alcanzaron un nuevo acuerdo en Jartum el 4 de septiembre con mediación de la Liga Árabe.
 
El acuerdo debería de implementarse a través de otra reunión a finales de octubre que no tuvo lugar.
 
Las conversaciones fueron interrumpidas con el comienzo del Ramadán pero, durante ese mes, la permanencia de soldados etíopes en Somalia y las medidas defensivas emprendidas por Etiopía por un lado y la llamada a la jihad por otro unido a amenazas y declaraciones de ambos bandos dificultarán su reanudación.
 
Desde el punto de vista de la comunidad internacional
 
Desde el punto de vista de los países islámicos de la zona, que son su principal apoyo, se insiste en la idea de que la Unión de Tribunales Islámicos ha restaurado la paz en más de la mitad de Somalia.
 
Algunos argumentos esgrimidos por los partidarios de la Unión de Tribunales islámicos son argumentos de peso y merecen ser tomados en cuenta:
 
-El Gobierno de Transición ha traicionado al pueblo somalí al ser un apéndice de la Etiopía de Meles Zenawi.
 
-El Gobierno de Transición se apoya en los mismos corruptos y sanguinarios warlords que son los culpables de la mezcla de anarquía y feudalismo que ha mantenido a Somalia dividida en zonas de control y en guerra civil continua durante 15 años.
 
- La Alianza 12 de warlords que se alió con los Estados Unidos para realizar la guerra contra el terror son aquellos que llevan tres lustros aterrorizando a la población La dependencia de Etiopía -único país de mayoría cristiana de la zona- resulta más un handicap que una ventaja para el Gobierno de Transición en un país con un 99% de musulmanes.
 
El Gobierno Nacional de Transición recibe el apoyo de Etiopía, Uganda y Yemen.
 
La Unión de Tribunales Islámicos es asistida por Siria, Irán, Eritrea, Djbouti, Egipto y Arabia Saudi, además de haber recibido entrenamiento específico de Hezbollah.13
 
Jendayi Fraser declaraba a la prensa internacional que Eritrea abría un nuevo frente para enfrentarse a Etiopía enviando armas a la Unión de Tribunales Islámicos de Somalia.
 
Deterioro de las conversaciones
 
Hasta ahora había habido únicamente incidentes armados aislados entre el Gobierno Federal de Transición y la Unión de Tribunales Islámicos. El Gobierno carece de fuerzas militares en condiciones, son las milicias de señores de la guerra que pueden o no formar parte del mismo las que se han enfrentado a las fuerzas islamistas cuando sus zonas de control se han visto amenazadas.
 
Últimamente y a raíz de la llamada a la jihad realizada, los combates incidentales han sido sustituidos por ataques militares en toda regla que van cercando en Baidoa al Gobierno Federal de Transición con la conquista de localidades cada vez más cercanas.
 
La Unión de Tribunales Islámicos ha rechazado continuar con las conversaciones mientras haya tropas etíopes en territorio somalí (y tampoco estarían de acuerdo con la opción de que fuese Kenia -y no Sudán- el país que efectúe la mediación como el Gobierno Federal de Transición ha propuesto).
 
Llamada a la jihad
 
La llamada a la jihad ha supuesto para las fuerzas islamistas el reclutamiento de 3000 somalíes dispuestos a luchar para enfrentarse a Etiopía.
 
Pese a que Etiopía siempre ha negado que sus tropas hubiesen penetrado en Somalia, tras tener conocimiento de la llamada a la jihad contra Etiopía, Meles Aenawi admitía la presencia de “unos cientos” de adiestradores militares armados en Somalia que habían acudido invitados y que, debido la declaración de jihad que hacía la Unión de Tribunales Islámicos, entendía que Etiopía estaba “técnicamente en guerra”.
 
Armas pese al embargo
 
Un informe sobre las violaciones al embargo de armas a Somalia, elaborado este año por un grupo de expertos encargado por las Naciones Unidas, ha puesto de manifiesto que el embargo no esta resultando eficaz.
 
El informe 14, acusaba a varios países de suministrar armas a Somalia. 'Etiopía, Eritrea, Yemen, Libia, Irán, Djibouti, Arabia Saudí, Siria Uganda y Egipto han dado soporte armamentístico a grupos que actúan en Somalia', afirma el informe.
 
La Unión de Tribunales Islámicos negó haber recibido armas de los países mencionados en el informe al que calificó como un “invento”.
 
Egipto asegura que las acusaciones de la ONU que le implican en el suministro de armas a Somalia son falsas. El ministro egipcio de Asuntos Exteriores envió una protesta oficial a las Naciones Unidas negando la información del informe y confirmando que Egipto mantiene una postura neutral hacia la política de Somalia.
 
La Resolución 1725
 
La resolución 1725(2006) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptada el 6 de diciembre de 2006 tiene el siguiente contenido: -afirma que la situación en Somalia continua constituyendo una amenaza a la paz internacional y a la seguridad en la región -continúa depositando la legitimidad y con ello las esperanzas de la comunidad internacional en la Transitional Federal Charter -aunque entiende que las instituciones federales de transición deben de facilitar la entrada y participación en las mismas a la Unión de Tribunales Islámicos para poder retomar e incidir en el proceso de diálogo iniciado.
 
El plan de despliegue de fuerzas (IGASOM)
 
La resolución 1725 hace referencia a la iniciativa conocida como IGASOM contenida en la nota verbal de 16 de octubre 2006 emitida por la Misión Permanente de Kenia en las Naciones Unidas dirigida al Presidente del Consejo de Seguridad que contenía el texto de un Plan de Despliegue de la IGAD en una Misión de mantenimiento de la Paz en Somalia (IGASOM)y respalda expresamente alguno de sus puntos clave como el contenido en el cuarto punto de la resolución que establece que ninguno de los países fronterizos deberían desplegar tropas en Somalia.
El Plan de Despliegue para IGASOM15 consiste básicamente en las siguientes acciones:
 
a) Controlar los progresos del proceso de dialogo entre las Instituciones Federales de Transición y la Unión de Tribunales islámicos implementando los acuerdos alcanzados en sus diálogos.
b) Asegurar la libertad de movimientos y el derecho de paso de los delegados que participen en las conversaciones.
c) Mantener y vigilar la seguridad en Baidoa.
d) Proteger a los miembros de las Instituciones Federales de Transición y sus infraestructuras.
e) Suministrar entrenamiento a las fuerzas de seguridad de las Instituciones Federales de Transición.
 
De la lectura de este plan se deduce que el objetivo del mismo es garantizar la supervivencia del Gobierno Federal de Transición objetivo al que van directamente encaminadas dos tercios de las provisiones contempladas en dicho plan.
 
Estados Unidos busca a otros agentes para la zona: Debido a una serie de hechos:
-La política exterior de los Estados Unidos para Somalia ha resultado decepcionante en general y en particular su última iniciativa de apoyo a la alianza de warlords resultó un estrepitoso fracaso.
 
La Comunidad Internacional ha impulsado las organizaciones regionales africanas para que sean los propios africanos los encargados de resolver los problemas de seguridad que se produzcan en el área. En el caso de Somalia la IGAD y la Unión Africana junto con la Liga Árabe.
 
Las conversaciones entre el Gobierno Federal de Transición 16 y la Unión de Tribunales Islámicos se han estancado en un callejón sin salida.
 
La Unión de Tribunales Islámicos se niega a cualquier avance en las conversaciones mientras haya tropas de Etiopía en suelo somalí 17.
 
Inicialmente Etiopía negaba que hubiese desplazado tropas a Somalia, pero recientemente Meles Zenawi, Primer Ministro de Etiopía, ha reconocido públicamente que varios centenares de soldados están en Somalia prestando labores de adiestramiento. El envío de tropas ha sido aprobado por el parlamento etíope. Etiopía atribuye a Somalia la condición de estar “técnicamente” en guerra tras el llamamiento a la Jihad efectuado oficialmente por el liderazgo de la Unión de Tribunales Islámicos.
 
Internacionalización del conflicto
 
Desde el punto de vista norteamericano, en su guerra contra el terrorismo, la Unión de Tribunales Islámicos son los herederos de la organización islamista al-Itihaad al- Islaami (AIAI) a la que los EE.UU. acusaban de terrorismo y la consideraban vinculada a Al-Qaeda. A raíz de la toma de control islamista de Mogadiscio desde el 5 de junio de este año, Somalia es cada vez más vista como una nueva frontera en esa “guerra contra el terror” e insistentemente presentada como un próximo objetivo.
 
Obviamente la internacionalización no se limita a la posición estadounidense, la intervención de Etiopía, Eritrea y otros actores regionales junto con las monarquías árabes y otros países islámicos que acuden oficial o veladamente en apoyo de la jihad.
 
El eterno conflicto de Etiopía y Eritrea
Todavía no se ha aceptado el acuerdo fronterizo que puso fin la última guerra entre Etiopía y Eritrea. Pero además de un componente territorial este conflicto tiene un fuerte componente religioso y como ya se hizo en el pasado se pretende trasladar al campo de batalla somalí.
 
Según un informe de las Naciones Unidas, filtrado pero no publicado, los islamistas recibirían apoyo militar de Djibouti, Egipto, Eritrea, Irán, Libia, Arabia Saudí, Siria y Hezbollah, mientras que el Gobierno estaría obteniendo suministros militares de Etiopía, Uganda y Yemen.
 
El informe filtrado estimaba la presencia en Somalia de 2000 soldados eritreos completamente equipados aunque las autoridades eritreas lo niegan.
 
Por otro lado, tanto Egipto como Uganda se aprestaron a protestar públicamente por ser mencionados en tal informe, negando su implicación en cualquier vulneración del embargo de armas a Somalia.
 
Sobre las relaciones entre la Unión de Tribunales Islámicos y Hezbollah es un hecho que se prestan ayuda mutua, pero la extensión de la misma sería de un alcance limitado.
 
La presencia de combatientes somalíes en el reciente conflicto de Líbano tiene su importancia por lo que puede suponer en cuanto a relaciones internacionales y política de alianzas de la Unión de Tribunales Islámicos, pero el número de combatientes somalíes desplazado a Líbano y sus efectos sobre el conflicto libanés fueron mínimos.
 
Indudablemente este gesto les ha granjeado -aún más- el apoyo del islamismo mundial.
 
La Unión de Tribunales Islámicos tiene dos rostros públicos que ofrecen valoraciones muy diferentes a la comunidad internacional.
 
Su máximo dirigente es Sheikh Sharif Sheikh Ahmed 18 y presenta el rostro más amable y conciliador. De hecho, Sheikh Sharif Sheikh Ahmed ha redactado un documento de cuatro páginas dirigiéndose a las Naciones Unidas, la Unión Europea y los Estados Unidos de América, en el que solicita el establecimiento de relaciones amistosas basadas en el mutuo respeto. En dicho documento niega categóricamente que la Unión de Tribunales Islámicos tenga relaciones con Al-Qaeda o con cualquier grupo terrorista satélite del mismo.
 
Ahmed recibió su educación en Sudán y es profesor de enseñanza secundaria de profesión.
 
El perfil más oscuro viene dado por otro importante líder de la Unión de Tribunales Islámicos: Sheikh Hassan Dahir Aweys, cuyo nombre figura en las listas que maneja Estados Unidos de personas relacionadas con el terrorismo internacional. De hecho, perteneció al grupo islámico armado al-Itihaad al-Islaami hasta que este desapareció tras enfrentarse con Abdullahi Yusuf cuando era el presidente de la entidad semiautónoma de Puntland.
Por eso el Presidente Yusuf expresó públicamente su malestar por no haber sido el interlocutor escogido por los Estados Unidos para enfrentarse a la amenaza islamista - que entonces empezaba a despuntar- siendo que contaba con la legitimidad internacional (Presidente de un Gobierno reconocido por la IGAD y por la ONU) y con la experiencia exitosa de haberlos derrotado en combate en el pasado.
 
La única respuesta posible a la pregunta de Abdullahi Yusuf sería que la administración de los Estados Unidos quería evitar defender en Somalia los mismos intereses que Etiopía...y aún así es una respuesta que no se sostiene.
 
Estos dos líderes responden a dos tendencias dentro de la Unión de Tribunales Islámicos:
 
Por un lado los seguidores del clérigo moderado Sheikh Sharif Sheikh Ahmed podrían ser considerados de tendencia Qutubista 19, mientras que los seguidores de Sheik Hassan Dahir Aweys responderían a la etiqueta de salafistas.
 
De todas formas, los islamistas moderados, de tendencia Qutubista, aunque en teoría pueden plantear objeciones a una línea jihadista de confrontación, no dejan por una parte de tener un enfoque islamista lo que los sitúa más cerca de sus correligionarios salafistas que de cualquier interlocutor internacional y por otro lado ninguno de ellos olvida que el éxito militar de la Unión de Tribunales Islámicos no hubiera sido posible sin Sheikh Hassan Dahir Aweys que fue el verdadero estratega militar del movimiento.
 
Somalia y la guerra contra el terror
El papel de Estados Unidos en Somalia
 
Estados Unidos ha ido variando su estrategia para Somalia a medida que ha ido cosechando importantes fracasos que en algunos casos no sólo han sido esfuerzos inútiles sino que han resultado contraproducentes para sus intereses en el país.
 
La realidad ha demostrado que no existen ni soluciones rápidas ni soluciones fáciles para el complejo problema de Somalia. La última operación de tropas estadounidenses en Mogadiscio 20 dejó un número importante de bajas y un amargo recuerdo que ha motivado entre otros, un libro, una película y un excelente documental todos bajo el mismo título “Black Hawk Down”. Pero sobre todo dio motivos para desestimar nuevas operaciones con fuerzas propias sobre el terreno.
 
El año pasado Somalia fue de nuevo un escenario de derrota, aunque indirecta, con el estrepitoso fracaso de la iniciativa estadounidense de apoyar a un grupo de señores de la guerra venidos a menos bajo el pomposo nombre de Alianza para la Restauración de la Paz y Contra el Terrorismo (ARPCT)...
 
Según una entrevista a Sheikh Sharif Sheikh Ahmed publicada por el diario de Arabia Saudita Asharq al-Awsat: “Si las fuerzas de Estados Unidos intervienen directamente contra nosotros en Mogadiscio, estamos listos para enseñarles una lección que nunca olvidarán y repetir su derrota de 1993”
 
El “Grupo Internacional de Contacto”
 
La última iniciativa de Estados unidos en la zona ha constituido en impulsar la formación del International Contact Group on Somalia (ICG) compuesto por representantes de Reino Unido, Italia, Kenia, Noruega, Suecia, Tanzania, Estado Unidos, Unión Africana, Unión Europea, Liga Arabe, Naciones Unidas y la IGAD (Intergovernmental Authority on Development) 21 El grupo defiende un inmediato alto el fuego y la reanudación de las conversaciones entre los dos bandos.
 
La sombra de al-Qaeda
 
Abdullahi Yusuf Ahmed, Presidente del Gobierno de Transición en declaraciones realizadas a periodistas de Kenia en octubre 22, se refería a la Unión de Tribunales diciendo que su propósito es crear un santuario para terroristas y que sus fuerzas armadas están dirigidas por el ala jihadista bajo el estandarte negro del Taliban.
 
Existe un claro interés por parte de sus detractores de relacionar a la Unión de Tribunales Islámicos con al-Qaeda, los atentados de Kenia y Tanzania, el Taliban, etc.
 
¿Hasta qué punto son argumentos serios?
 
Desde el mundo musulmán en muchos casos se percibe que el uso a la ligera del término “terrorista” e ideas equivalentes fuera de su estricto significado se utilizan para lesionar al Islam y para privar a los musulmanes de sus derechos.
 
Abdullahi Yusuf Ahmed, Presidente del Gobierno de Transición en declaraciones realizadas a periodistas de Kenia en octubre, se refería a la Unión de Tribunales diciendo que su propósito es crear un santuario para terroristas y que sus fuerzas armadas están dirigidas por el ala jihadista bajo el estandarte negro del Taliban.23
 
Combatientes extranjeros
 
Al igual que sucedió en Afganistán y sucede hoy en Irak, las organizaciones islamistas movilizan para la “jihad” a combatientes voluntarios de diversas procedencias.
 
La Unión de Tribunales Islámicos ha sido acusada por Estados Unidos de dar refugio a terroristas islamistas, algo que siempre ha negado. Del mismo modo negó, en un primer momento, que hubiese extranjeros en sus filas.
 
No obstante, con el transcurso de los combates la presencia de voluntarios extranjeros luchando al lado de la Unión de Tribunales Islámicos ha sido admitida en varias ocasiones:
 
Shaykh Hasan Hersi 'Al-Turki' líder de la Shabab reconoció que la participación de voluntarios extranjeros había sido fundamental en la toma de Kismaayo (en septiembre de este año).
 
Del mismo modo, vídeos de acciones de combate de la Unión de Tribunales Islámicos muestran a algún combatiente con rasgos característicos del sudeste asiático que difícilmente puede ser considerado somalí.
 
El propio Sheik Aweys, decía recientemente en una entrevista: si hay guerra daremos la bienvenida a los guerreros musulmanes de cualquier lugar que vengan a Somalia y esperamos que vengan en un gran número (...) si Etiopía es apoyada por los Estados Unidos ¿por qué no vamos a recibir nosotros el apoyo del mundo musulmán? ”
 
En una grabación de audio distribuida en julio de este año, la voz atribuida a Ben Laden dirigía palabras de arenga a los somalíes a los que les esperaba una guerra regional.
 
al-Qaeda ha cometido cuatro atentados en África Oriental: las dos bombas contra las embajadas de Estados Unidos de Kenia y Tanzania en 1998 y los dos ataques contra turistas israelíes en Kenia en el 2002. En todos esos atentados se han observado con elementos en Somalia.
 
Atentados en Somalia
 
Tras la conquista de Mogadiscio por la Unión de Tribunales Islámicos ha habido dos episodios significativos para la opinión pública de los que la Unión de Tribunales Islámicos se ha desmarcado y ha condenado públicamente:
 
El atentado suicida con coche bomba contra el Presidente XX llevado a cabo el día XX en el que murieron XX y el asesinato a tiros de una monja católica, la Hermana Leonella, y su guardaespaldas somalí durante las violentas reacciones a XX.
 
En ambas ocasiones los líderes de la Unión de Tribunales Islámicos emitieron condenas explicitas de los hechos.
 
Un segundo atentado suicida con coche bomba se produjo el XX en un control a la entrada de Baidoa, XX personas perecieron en la explosión.
 
Algunos analistas consideran que existe un operativo permanente de al-Qaeda en Somalia, no necesariamente relacionados con los responsables de otros atentados de la organización en Kenia y Tanzania. Lo que resulta más difícil es conocer si estos individuos se han infiltrado o no en la Unión de Tribunales Islámicos y cual es su grado de influencia.
 
La responsable americana para África, Jendayi Fraser, Adjunta al Secretario de Estado para Asuntos Africanos declaraba el 15 de diciembre de 2006 que “la Unión de Tribunales Islámicos a partir de ahora está bajo el control de individuos conectados con células de al Qaeda. (...) los más altos responsables de la Unión de Tribunales Islámicos son extremistas puros y duros, son terroristas y son quienes creen en esta lógica de guerra”
 
El senador demócrata por Wisconsin, Russell D. Feingold que entra ahora a presidir la subcomisión para África también ha expresado sus temores de que Somalia siga el mismo camino que siguió Afganistán con el Taliban.
 
La dinámica bélica ha ido impulsando a los elementos más radicales del islamismo somalí que han ido ascendiendo y copando el poder dentro de la organización en detrimento de los islamistas moderados. Hoy por hoy los elementos extremistas más radicales tienen el monopolio de la fuerza y mientras se mantenga el clima de conflicto armado, esto va a impedir la promoción de los elementos moderados.
 
Las soluciones que propugnan la línea de demonizar a la Unión de Tribunales Islámicos y procurar su derrota militar (lo que podríamos llamar la solución etíope) no sólo ofrece el problema de elevar el nivel de conflicto sino que elevaría el apoyo popular de la Unión de Tribunales Islámicos y potenciaría el islamismo en la zona.
 
Las entidades independientes del norte: Somaliland y Puntland
 
La República de Somaliland disfruta de unos niveles aceptables de paz y democracia, contando con una Constitución, un gobierno estable, instituciones democráticas pluripartidistas y un sistema judicial. Aún así Somaliland sigue reclamando el reconocimiento internacional como estado independiente sin ningún éxito.
 
Somaliland no se ha visto apenas afectada por la nueva situación de Somalia desde la victoria de los Tribunales Islámicos. La relación con el Gobierno de Transición no era muy buena y se percibía como una amenaza al pretender la reunificación del país. Por otro lado, la persona del Presidente Yusuf es especialmente denostada en Somaliland al que se enfrentó militarmente en el pasado debido a las disputas fronterizas que aún hoy Somaliland mantiene con Puntland por territorios 24 en las provincias de Sool, Sanaaag y Togdheer25.
 
A su vez la Unión de Tribunales Islámicos ha mantenido su fuerza militar alejada de las fronteras con Somaliland a lo que se une el hecho de que es en las provincias del norte dónde los tribunales han tenido menos apoyo.
 
Sólo con ocasión de la detención de un conocido clérigo radical asentado en Somaliland se profirieron amenazas contra la República por parte de los líderes de la Unión de Tribunales Islámicos.
De todas formas Somaliland es una república islámica en la que rige la sharia 26.
 
El actual Presidente de Puntland, el General Addeh Museh, mantiene buenas relaciones con el Gobierno Federal de Transición y se resiste a otorgar a los milicianos islamistas cualquier autoridad en su territorio. No obstante, recientemente declaró que su gobierno en Puntland se desarrollaría de acuerdo a la Ley Islámica. Estas declaraciones pretendían rebajar la tensión con los islamistas más que introducir grandes cambios puesto que según la legislación de Puntland su sistema está ya basado en el Corán.27
 
El papel de Etiopía: invasión o asistencia
 
Los islamistas no admitirán tropas extranjeras en suelo somalí, y mucho menos las etíopes (los verdaderos artífices de la derrota islamista, de la organización llamada al-Itihaad al-Islaami, en Luug en el año 1996). La Unión de Tribunales Islámicos, Eritrea y Sudán (lo que también condiciona la posición del IGAD) han avisado de que cualquier plan internacional que incluya despliegue de tropas extranjeras en Somalia conducirá la zona al caos y a la guerra total.
 
El clima favorable de los acuerdos de Jartum se vio ensombrecido por la presencia de tropas etíopes en Somalia. Las tropas etíopes constituyen la única posibilidad para el Gobierno Federal de Transición en caso de enfrentamiento militar, pero es una medida que origina en las negociaciones una situación inasumible para la Unión de Tribunales Islámicos y además genera rechazo entre la población.
La región de Ogadén en Etiopía es fronteriza con Somalia y su población es mayoritariamente de etnia somalí. Ogaden ha originado ya dos guerras en los años 1964 y 1977 y sigue presentando importantes niveles de actividad guerrillera de movimientos partidarios de segregar la región de Etiopía.
 
Pese a que las tropas etíopes penetraron en Somalia en el mes de julio de este año, su Primer Ministro Meles Zenawi siempre lo ha negado hasta el mes de octubre cuando reconocía que había desplazado asistentes militares para proveer entrenamiento a las fuerzas de seguridad del Gobierno Federal de Transición.
 
El 30 de noviembre el Parlamento de Etiopía autorizaba las medidas que resultasen necesarias para impedir una invasión de territorio etíope por parte de la Unión de Tribunales Islámicos.
 
Meles Zenawi pretende trasladar al territorio somalí (una vez más) el inacabable conflicto Etiopía-Eritrea. Además la amenaza exterior permite desviar la atención de la opinión pública de los problemas internos dónde el Gobierno de Meles Zenawi sigue encarcelando opositores, asesinando manifestantes y en suma pisoteando los Derechos Humanos.
 
Según un informe elaborado por la ONU del que sólo algunas partes han sido reveladas, se estima que en noviembre de 2006 (fecha de elaboración del informe) una fuerza armada de entre 6000 y 8000 hombres procedente de Etiopía y una fuerza armada de unos 2000 hombres procedente de Eritrea se encuentran en territorio de Somalia.
Dimensión del problema humanitario: refugiados
 
Refugiados: 34.000 refugiados somalíes han llegado al este de Kenia en los diez primeros meses del año 2006 (según IRIN) el flujo de refugiados ha aumentado notablemente en los últimos meses. La comunidad de refugiados somalíes en Kenia ya sumaba unos 130.000 que residen en la zona de Dadaab desde 1991. Además Somalia se enfrenta estos días a las peores inundaciones de los últimos 50 años, según las ha calificado la OCHA28
 
Las regiones más afectadas por las inundaciones son las de Bardheere, Lower Shabelle y Gedo, las tres bajo control islamista. La localidad de Beledweyne, situada 300 kilómetros al norte de Mogadiscio, está cubierta por las aguas desde el 10 de noviembre.
 
Por otra parte, la ONU ha condenado en diversas ocasiones utilización de niños soldados por parte de la inmensa mayoría de las facciones incluyendo el Gobierno Nacional de Transición.
 
IV. CONCLUSIONES
 
En un país que arrastra 16 años de guerra civil no parece que exista una opción militar que pueda ofrecer soluciones a los problemas políticos del país.
 
Desde algunas ópticas la aportación de la Unión de Tribunales Islámicos ha sido no sólo el imperio de la ley y los únicos seis meses de paz que ha podido disfrutar Mogadisicio en todos estos años, sino el superar las eternas divisiones clánicas y acabar con el sistema de los warlords.
La Unión de Tribunales Islámicos realmente no significa una superación de las divisiones clánicas para Somalia. Aunque es cierto que distintos tribunales con base clánica se han unido en una estructura mayor, no lo es menos el que en el contexto de los clanes mayores la división permanece y los miembros del clan Darod están apoyando al Gobierno Federal de Transición y no comparten con sus compatriotas ese rechazo a Etiopía puesto que tienen lazos muy fuertes con las comunidades somalíes que viven en Etiopía que también son del clan Darod. El clan Hawiye es el clan principal de Mogadiscio y sus miembros apoyan ahora a la Unión de Tribunales islámicos.29
 
Pero, en otro orden de cosas, vencer a la alianza de warlords sí ha servido para enseñar a un pueblo hundido en la miseria y en la guerra además de sometido a las bandas criminales que las cosas pueden y deben cambiar.
 
La Unión de Tribunales Islámicos tendrá más o menos componente terrorista, pero está claro que al menos parte de su dirección tiene una agenda oculta que pasa por los métodos e ideas del islamismo radical.
 
Apoyar al Gobierno Federal de Transición contra la Unión de Tribunales Islámicos es la opción que NO debería adoptar la comunidad internacional.
 
Los warlords han fallado, su época se termina.
 
La guerra se puede parar 30. Si Etiopía retira sus tropas no habrá guerra y esa no será una victoria islamista sino todo lo contrario, si no hay guerra no hay jihad.
 
El acuerdo entre los dos bandos es posible siempre que Etiopía y Eritrea retiren sus tropas de Somalia y entren las tropas de IGASOM. Las instituciones transición son inviables si no salen de Baidoa.
 
Hay que respetar lo conseguido por los tribunales islámicos pero imponerles una nueva ronda de conversaciones (en Sudán, dónde ellos quieran) un calendario de democratización y tropas de IGASOM (sin contar con países fronterizos).
 
Hoy unas elecciones las ganarían los islamistas, eso es verdad, pero quizás sea preferible el gobierno de los islamistas en un sistema democrático y con unos planes de desarrollo en marcha que combatirlos militarmente que supone seguir su juego.
 
La comunidad internacional tiene que confiar en el pueblo somalí que no es islamista y confiar en que no se va a dejar engañar, pero no sólo hay que confiar en él hay que ayudar a su desarrollo, su reconstrucción y su democratización. Eso será caro y largo pero hay que evitar que Somalia acabe siendo el campamento africano de al Qaeda.
 
Supone actuar y rápido. La Unión Europea y las Naciones Unidas deben establecer oficinas en Mogadiscio y poner en marcha programas en Somalia. Hay que vencer la inacción fruto de fracasos anteriores31. Si nadie va porque es muy peligroso (situación actual) sólo los islamistas estarán allí.


Notas:
 
1 'Horn of Africa could become major front for anti-terrorism efforts” artículo de Chris Tomlinson para la agencia de noticias The Associated Press publicado en Washigton Post, USA Today y otros el 21 de octubre de 2006.
2 Según la entrevista realizada a Sheik Ayews por Martin Fletcher para The Times (18/12/06)
3 Incluso el propio aeródromo de Baidoa no queda bajo control directo del Gobierno Federal de Transición, sino que está controlado por una milicia bajo mando de un señor de la guerra que es ministro, pero en ocasiones se ha enfrentado (militarmente) con el Gobierno.
4 Puntland se constituyó en un estado pretendidamente autónomo declarando su independencia de Somalia en 1998.
5 Esto aparecía ya reflejado en el estudio “Victims and vulnerable groups in southern Somalia” elaborado en 1995 por Lee Cassanelli para asesorar al comité que decide sobre las peticiones de asilo y refugio en Canadá. (El profesor Lee Cassanelli es uno de los fundadores de la Asociación Internacional de Estudios Somalíes).
6 Se considera que este grupo dictó fatwas de condenas a muerte con listas de personalidades públicas a las que consideraba apóstatas en Sudán en 1996 en las que llegó a incluir al propio Ossama Ben Laden.
7 Sobre el concepto de takfir y la apostasía en el islamismo jihadista vid. Gustavo de Arístegui “El islamismo contra el Islam” pags. 128 y ss.
8 Según el artículo de J. Peter Pham publicado en el Wall Street Journal el 20-06-2006
9 International Crisis Group - Africa Report nº 100 de 12 de diciembre de 2005.
10 De hecho el análisis recalca que lo que ha impedido crecer al jihadismo en Somalia ha sido el rechazo mayoritario de la población y no las acciones contra-terroristas.
11 Sin contar el territorio autodeclarado independiente de la República de Somaliland, dónde sí existen garantías judiciales.
12 ARPCT (Alliance for the Restoration of Peace and Counter-Terrorism)
13 Según el famoso informe de expertos de la ONU.
14 El mencionado informe no ha sido hecho público y sólo se ha filtrado parcialmente. El grupo de expertos que lo elaboró estaba compuesto por un representante belga, uno norteamericano, un colombiano y un keniata, que basaron su informe en investigaciones propias, entrevistas y material proporcionado por las embajadas.
15 Las fuerzas de IGASOM serían 8000 hombres
16 El Gobierno Federal de Transición fue formado en Kenia en octubre de 2004
17 Según el IRIN (servicios de información de la ONU) se estima que hay entre 6000 y 8000 soldados etíopes desplegados en Somalia a finales de octubre de 2006.
18 El término árabe “sheik” no es propiamente ni nombre ni apellido, es una dignidad que suele traducirse como “jeque” y viene a señalar a una persona que ostenta algún tipo de liderazgo y es por ello digna de especial respeto (para sus seguidores).
19 Seguidores del influyente autor islamista Sayyid Qutub
20 Operación “Restore Hope” en 1993 en la que EEUU perdió a 18 de sus hombres y hubo de retirarse de Somalia.
21 La Unión Africana, la Liga Árabe y Kenia asisten como observadores.
22 Recogido por la agencia de noticias de la ONU (IRIN) el 20 octubre 2006
23 Yusuf se refiere al hecho de que Ayews es el jefe militar de la Unión de Tribunales Islámicos. Ocasionalmente se ha podido ver en Somalia unas banderas negras con dos alfanjes y la shahada en blanco o un solo alfanje y la shahada en blanco que guardan indudables reminiscencias con banderas utilizadas por los movimientos jihadistas aunque no tanto con la bandera de Afganistán bajo el Taliban (1996-2001) que era la sahada en negro sobre fondo blanco.
24 El artículo 2.1 de la Constitución de la República de Somaliland establece que su territorio será el mismo que el del antiguo Protectorado de Somaliland (británico).
25 Las áreas disputadas entre Somaliland y Puntland comprenden una ancha franja consistente en casi toda la provincia de Sool abarcando Laascaanood, Xudun y Taxeex, la mitad oriental de la provincia de Sanaag conteniendo Laasqoray y una pequeña parte de la provincia de Togdheer que incluye Buuhoodle.
26 Los artículos 5.2 y 5.3 de la Constitución de la República de Somaliland establecen que toda ley deberá estar de acuerdo con la Sharia y el estado deberá cumplir la Sharia.
27 Pese a ello el Código Penal que rige en Puntland no está basado en la sharia, sino que es de tipo secular.
28 Agencia de las Naciones Unidas para la ayuda humanitaria. Sus siglas corresponden a Office for the Coordination of Humanitarian Affairs
29 El, ya mencionado, profesor Lee Cassanelli, -experto en estudios somalíes- opina que el sistema de clanes es esencial en Somalia y nunca desaparecerá: “Cuando todo lo demás falla, los somalíes vuelven al clan”.
30 Ha habido ya diversos incidentes armados y últimamente ambos bandos claman haber abatido cierto número de enemigos, pero eso no significa que no la guerra no pueda pararse aquí. Cuanta más sangre se derrame más difícil será detener la catástrofe que puede suponer este nuevo conflicto.
31 “El fracaso de la ONU en el intento de pacificar Somalia, después de invertir más de 3.000 millones de dólares y perder a vida de 132 soldados de las fueras de pacificación y de casi diez veces más de ciudadanos somalíes” escribe Mark Huband en su libro África después de la guerra fría, pág. 377