Nuevo susto en Perú: ¿quién pasará a la segunda vuelta?

por Pedro Fernández Barbadillo, 29 de marzo de 2011

En las elecciones presidenciales de 2006, los peruanos dieron un susto a todo el hemisferio occidental y a parte del otro, como España, ya que colocaron en la segunda vuelta al ex militar Ollata Humala, admirador de Hugo Chávez y abanderado del etnocacerismo, un movimiento que reivindica el pasado inca, y al ex presidente Alan García, del APRA, que había hundido al país en su anterior mandato (1985-1990) y entre cuyas marcas está la de haber tenido una inflación del 5.149%. La favorita en los sondeos, la social-cristiana Lourdes Flores, quedó tercera con menos del 20% de los votos, mientras que Humala sacó un 25,6% y García un 20,4%. En la segunda vuelta, salió elegido García, como mal menor, pero sólo con cinco puntos de ventaja sobre Humala. Por fortuna, García mantuvo las políticas de apertura económica y respeto a la propiedad privada y las inversiones de sus predecesores: Alejandro Toledo (2001-2006) y Alberto Fujimori (1990-2001).
 
El día 10 de abril, se celebrarán elecciones para la elección del presidente y de dos vicepresidentes, de los 130 diputados del Congreso y cinco miembros del Parlamento Andino. Si ningún candidato a presidente obtiene la mitad más uno de los votos, se celebrará una segunda vuelta. Según la Constitución, el presidente en ejercicio debe dejar pasar un mandato para volver a presentarse. Por eso, García, que llegó a la presidencia por primera vez a los 36 años de edad, no puede competir.
 
Cinco candidatos en un pañuelo
 
Hace unos meses, el favorito, con más de un 30% en las encuestas, era Alejandro Toledo, de Perú Posible, que dirigió el derrocamiento de Fujimori en 2000 y 2001; pero su pésima campaña ha hecho que los otros cuatro candidatos, sobre todo Humala y Keiko Fujimori, la hija del dictador condenado por crímenes contra la humanidad y peculado, puedan pasar a la segunda vuelta o incluso echarle a él de ella. Los pronósticos de las encuestas sitúan a estos tres candidatos, más el ex primer ministro de Toledo Pedro Pablo Kuczynski y el ex alcalde de Lima Luis Castañeda, entre el 20% y el 16% de los votos. Por tanto, puede ocurrir cualquier resultado.
 
En las elecciones también influirá García, cuyo partido no presenta candidato. Como presidente, dispone de muchos recursos para volcar un puñado de votos decisivos en una u otra lista. En las elecciones de 1990, puso la maquinaria del Estado a favor de Fujimori para perjudicar a Mario Vargas Llosa.
 
Este caos político se produce cuando Perú es la economía americana de mayor crecimiento de PIB de la última década, por encima de Chile, Brasil y Estados Unidos y ha registrado el segundo mayor crecimiento en PIB per cápita de Iberoamérica (después de Chile) entre 1990 y 2008. En enero de 2001, el PIB creció un 10% respecto a enero de 2010 y sumó 17 meses de crecimiento ininterrumpido, después de la crisis de 2009, que afectó a todo el mundo.
 
Una de las claves de esta bonanza, que está sacando de la pobreza a millones de peruanos, es la serie de tratados de libre comercios suscritos con las mayores economías del mundo (China, Estados Unidos, la Unión Europea). Ciertamente, el crecimiento tiene dos puntos débiles: concentración del 65% de las exportaciones en minerales (oro, plata, cobre, níquel) y dependencia de las compras de China. En la actualidad, el consumo interno y la construcción, impulsadas por la nueva burguesía, se han convertido en factores que tiran de la economía.
 
Inexistencia de partidos
 
El principal problema político de este país es la inexistencia de un sistema de partidos estable, que se comprueba cuando llegan las elecciones. En cuanto una personalidad (un alcalde, un militar gritón, una diva de la televisión) despunta en las encuestas monta un partido y se presenta o a la alcaldía de Lima o a la presidencia de la república. El único partido fuerte es el izquierdista APRA.
 
Salga quien salga, tendrá que gobernar con un Parlamento (unicameral) en el que su partido no sólo no tendrá mayoría, sino que quizás no tenga ni un tercio de los escaños. Precisamente, éste fue el porcentaje de diputados del APRA que ha habido en esta legislatura: 36. ¡Quién sabe si el precio que tenga que pagar Toledo, en caso de ser presidente, por una alianza parlamentaria con Keiko Fujimori sea el indulto a su padre, condenado a 25 años, o al menos la libertad condicional! ¿No indultó el nefasto Rafael Caldera al golpista Hugo Chávez en 1994, a los dos años de su intentona?
 
Pese al desprestigio de los políticos, Perú sigue creciendo. Y ésa es la mejor noticia.