El zapatazo

por Manuel Coma, 23 de diciembre de 2008

(Publicado en La Razón, 22 de diciembre de 2008)
 
Buen lanzamiento, mejor escamoteo. Sin duda Muntader al-Zaidi (29) se había entrenado, pero George Bush (62) estaba en forma. Cuando el 11-S, musulmanas hubo que proclamaron a Osama (León) «único hombre del Islam». Ellas sabrán por qué. Otro surgió ahora, pero por poco tiempo. Muntader ya ha solicitado gracia. La que él implora, rodilla hincada, se la sustrae a su hazaña. Efímera ha sido la gloria y engañoso el lanzador. Ha resultado más un nerviosillo frenético que un trágico héroe. Con tan poco hombre, el mundo del Islam no va a tener arreglo. Los que hay se vuelan, paraíso arriba, en pos de su cuota de setenta y dos huríes. Más que hombres habrán de ser para dejar satisfechas a todas. ¿Cómo soportarán su profunda decepción las masas enfervorecidas que le habían levantado estatuas a él y a sus zapatos, no siempre por este orden? ¿Qué será de las concentraciones de ruinosos borceguíes y hediondos coturnos que por todo el planeta le aullaban a Bush una airada y apestosa despedida? La supuesta unanimidad de la indignada aprobación al no tan arriesgado acto no ha sido científicamente corroborada. El New York Times cosechó en Irak respuestas para todos los gustos. Hay quien, tras cinco años de alojamiento en una cárcel de Sadam, opina que flores es lo que tenía que haberle echado al americano. Otro, a cara descubierta ante una cámara cuyo vídeo tiene colgado el periódico, solicita, en alarde de pluralismo, la pena de muerte para el autor y toda su familia. La democracia va arraigando, pero aún le falta sutileza. Con Sadam esto no hubiera pasado y de haberlo hecho nos hubiéramos quedado al instante sin hombre y no precisamente por acto de gracia. Quienes no encuentren mejor héroe: ¡Vaya ojo para tasar m…!