Ser ruso en Ucrania

por Manuel Coma, 27 de abril de 2014

 

Publicado en La Razón, 27 abril 2014

No es el menor de los éxitos de Putin el haber convertido a los medios y hasta a los políticos occidentales en difusores de la idea de que el Este de Ucrania es ruso y prorruso. No diré que nada más lejos de la verdad, pero si considerablemente lejos. Estuviera o no en sus cálculos, ha ganado esa baza generando allí actualidad y atrayendo todas las miradas.

Lo cierto es que en ninguna parte se da el desglose de población de Crimea, donde el 58% se consideran rusos étnicos. En toda Ucrania, con los dos millones de crimeos incluidos, sólo el 17% por ciento se inscribieron en el censo del 2001, última fuente completa y fiable, como “rusos de nacionalidad”, es decir, sintiéndose étnicamente rusos, lo que no supone necesariamente deseo de ser anexionados o deslealtad hacia el país del que son ciudadanos. Si nos circunscribimos al Este y al Sur, las regiones más rusas, en todo el conjunto la proporción de los que se identifican como rusos no llega al 30%. Sólo en cuatro hay minorías significativas, 39% en Lúhanks, 38 en Dónetsk –donde se han producido las ocupaciones de edificios oficiales en la capital y en otras 10 ciudades más pequeñas- y 26% y 25%, en otras dos, al N y al S. En la ciudad de Odesa, la más importante del mar Negro, si son mayoría. En el Este, los que tienen el ruso como su primer idioma suman el 51%. Los que lo hablan como idioma preferente son el 80%. Las tres categorías se solapan, pero no son lo mismo. Con seguridad la “ucranización” ha avanzado desde el 2001. En todo caso, lo que quisieran reintegrarse a Rusia, según recientes encuestas, son minoritarios probablemente hasta en los que se identifican como rusos. Lo que domina claramente es el apolitismo y el deseo de no tener problemas.

Desde su independencia, hace casi un cuarto de siglo, ha habido algunas tensiones entre las zonas más rusas y Kiev, pero no separatismo. El personaje que Putin ha puesto a la cabeza de Crimea era el jefe del único partido separatista local y obtuvo un 4´5% de los votos para la asamblea del territorio en el 2012. La zona ha recibido mal la destitución de Yanukóvich y al nuevo gobierno provisional, pero su problema a la hora de convocar un referéndum anexionista es que saben que sin las bayonetas rusas lo perderán.